Otra de las últimas adquisiciones bibliográficas del Centro de Estudios Benaventanos "Ledo del Pozo" ha sido esta obra que se menciona y presenta con algunas imágenes añadidas.
El interés del libro es obvio y no necesita justificación. Se añade también la reseña que aparece en una de las solapas de la cubierta protectora como orientación sobre su contenido:
"LA CONDESA-DUQUESA DE BENAVENTE
Una vida en unas cartas son las palabras que tratan de caracterizar esta biografía, pero su rico contenido desborda este programa y no es sólo una vida, la de la Condesa-Duquesa de Benavente, sino todo el estilo vital de una época el que está contenido en las cartas utilizadas por la Condesa de Yebes para componer este libro.
Ocupa la Condesa-Duquesa una posición privilegiada en la Corte, y su larga vida le permite atravesar tres reinados: los de Carlos III, Carlos IV y Fernando VII, a más de alcanzar la proclamación de Isabel II. No llega a ser protagonista de los grandes acaecimientos de su tiempo, salvo en los de la más alta e influyente sociedad, pero hasta ella y su casa llegan los ecos, y muchas veces más que los ecos, de las grandes partidas, políticas y guerreras, que se juegan en su época, y no sólo en España. Misiones encomendadas a su esposo le obligan a viajar por Europa en una de las crisis más violentas que ha soportado nuestro viejo continente. Así, la diplomacia y la moda, la política y las costumbres, la aristocracia y el pueblo, los escritores y los artistas, músicos, pintores, comediantes, toreros, se implican de alguna manera en la vida de la gran dama, permeable a todas las aflicciones y atenta a todo fenómeno social que posea alguna significación. Este cuadro, tratado con técnica de miniaturista más que con intención de gran fresco mural, es el que nos presenta la Condesa de Yebes, con minuciosidad que no excluye nada significativo ni comunica nada ocioso. Conocedora del mundo social que hoy puede representar el que hace ciento cincuenta años presidía la Condesa-Duquesa de Benavente, con agudeza psicológica y femenina, que es doble agudeza, sería difícil encontrar quien mejor desempeñara el papel de biógrafo de la ilustre dama, bien puede decirse que resucitada en este libro por la adivinación de otra dama que vive y ha vivido el mismo ambiente social, y cuya pluma se ha ejercitado antes en relatos históricos tan sazonados como los de Spínola, el de las lanzas, o la vida de Doña Juana Enríquez, la madre del Rey Católico."
Una vida en unas cartas son las palabras que tratan de caracterizar esta biografía, pero su rico contenido desborda este programa y no es sólo una vida, la de la Condesa-Duquesa de Benavente, sino todo el estilo vital de una época el que está contenido en las cartas utilizadas por la Condesa de Yebes para componer este libro.
Ocupa la Condesa-Duquesa una posición privilegiada en la Corte, y su larga vida le permite atravesar tres reinados: los de Carlos III, Carlos IV y Fernando VII, a más de alcanzar la proclamación de Isabel II. No llega a ser protagonista de los grandes acaecimientos de su tiempo, salvo en los de la más alta e influyente sociedad, pero hasta ella y su casa llegan los ecos, y muchas veces más que los ecos, de las grandes partidas, políticas y guerreras, que se juegan en su época, y no sólo en España. Misiones encomendadas a su esposo le obligan a viajar por Europa en una de las crisis más violentas que ha soportado nuestro viejo continente. Así, la diplomacia y la moda, la política y las costumbres, la aristocracia y el pueblo, los escritores y los artistas, músicos, pintores, comediantes, toreros, se implican de alguna manera en la vida de la gran dama, permeable a todas las aflicciones y atenta a todo fenómeno social que posea alguna significación. Este cuadro, tratado con técnica de miniaturista más que con intención de gran fresco mural, es el que nos presenta la Condesa de Yebes, con minuciosidad que no excluye nada significativo ni comunica nada ocioso. Conocedora del mundo social que hoy puede representar el que hace ciento cincuenta años presidía la Condesa-Duquesa de Benavente, con agudeza psicológica y femenina, que es doble agudeza, sería difícil encontrar quien mejor desempeñara el papel de biógrafo de la ilustre dama, bien puede decirse que resucitada en este libro por la adivinación de otra dama que vive y ha vivido el mismo ambiente social, y cuya pluma se ha ejercitado antes en relatos históricos tan sazonados como los de Spínola, el de las lanzas, o la vida de Doña Juana Enríquez, la madre del Rey Católico."
(Luis Carlos N.)