8 nov 2012

El CEB “Ledo del Pozo” alerta sobre el estado de deterioro que sufre la portada del Hospital de la Piedad de Benavente

El Centro de Estudios Benaventanos “Ledo del Pozo” quiere manifestar públicamente su preocupación por el alarmante deterioro que sufren, desde hace varios años, diversos elementos decorativos de la portada monumental del Hospital de la Piedad de Benavente.
Especialmente significativa es la rotura y desprendimiento de una parte de la moldura recuadrante del blasón del V Conde de Benavente. Como consecuencia de la pérdida de esta protección el agua de lluvia está atacando y disolviendo la parte superior de la láurea y algunos elementos del escudo. De continuar el deterioro de la piedra, en breve lapso de tiempo serán prácticamente irreconocibles las armas del linaje.
Foto detalle de la Fachada del Hospital de la Piedad hacia 1960
Foto detalle de la Fachada del Hospital de la Piedad en 2012
Fotografías tomadas hace unos 30-40 años, con la moldura prácticamente intacta, revelan que los daños son relativamente recientes. Parece inaplazable una actuación de urgencia en el inmueble a fin de reintegrar y restaurar los elementos degradados, así como una intervención de mayor calado que proteja toda la fachada de las filtraciones y las aguas de lluvia. 
De todo ello se ha cursado la oportuna comunicación al Servicio Territorial de Cultura de Zamora, a la Dirección General de Patrimonio Cultural de Valladolid y al Ayuntamiento de Benavente. 
El Hospital de la Piedad fue declarado Bien de Interés Cultural (BIC) en el año 2003 después de un largo proceso que arranca en el año 1979 con la incoación de un expediente para la declaración de Monumento histórico-artístico. El Boletín Oficial de Castilla y León con fecha 3/XII/2003, pp. 16029-30, recogía el acuerdo de la Junta de Consejeros por el que se declaraba oficialmente BIC con categoría de “Monumento”. El CEB Ledo del Pozo fue una pieza muy activa en todo este proceso, pues promovió desde el año 2001 una campaña para conseguir dicho objetivo y elaboró diversos informes de carácter histórico y artístico.

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La fundación del Hospital de la Piedad se debe al V Conde de Benavente, Alonso Pimentel (1499-1530) y a su esposa, Ana Fernández de Velasco y Herrera. Levantado a partir de 1517, para su ubicación se eligieron los solares de la antigua iglesia, hospital y cofradía de la Santa Cruz. Fiel testimonio de todo ello es la inscripción en caracteres góticos aún legible en la portada principal: 

«ESTE HOSPITAL HIZIERON E DOTARON LOS ILUSTRES SEÑORES DON ALONSO PIMENTEL, QUINTO CONDE E DOÑA ANA DE VELASCO E HERRERA, SU MUJER, Y TITULÁRONLO DE NUESTRA SEÑORA DE LA PIEDAD PORQUE NUESTRO SEÑOR LA AYA DE SUS ÁNIMAS; COMENÇOSE E DOTOSE EN EL AÑO DE MDXVII; ACABOSE EN EL AÑO DE XVIII»

El edificio fue construido en piedra de sillar en sus partes más nobles como la portada, el zaguán y el patio, y en tapial, ladrillo y madera para el resto. Diversos titulares del condado realizaron mejoras y ampliaciones a lo largo de su historia, a la vez que contribuyeron a su mantenimiento con donaciones y rentas. 
Las últimas reformas las hizo la condesa-duquesa María Dolores Tellez-Girón (1859-1939), una rama de la casa de Osuna a la que fue a parar toda la de Pimentel al extinguirse su linaje varonil. Como resultado de todo ello la planta y estructura originales han sido notablemente alteradas.
Noticia en "La Opinion de Zamora" (8 de noviembre de 2012)
La portada, encuadrada dentro del gótico final pero con claras influencias renacentistas en su decoración, constituye un interesante ejemplo de transición entre el gótico de los Reyes Católicos y el plateresco. Está realizada en piedra arenisca y preservada del suelo mediante un zócalo. La portada se ordena en torno a un gran arco de medio punto de generoso dovelaje y recuadrado por un alfiz de cardinas. Bajo la cornisa lleva la ya indicada inscripción en letras góticas. 
Preside el cuerpo superior un alto relieve con la escena de la Piedad flanqueada por sendas pilastras cajeadas. A ambos lados campean también los blasones de los fundadores, rodeados de láureas y cintas. A la izquierda las armas de los Pimentel, con sus características veneras y las fajas bicolor, y a la derecha las de su mujer, que constan, entre otros asuntos, de un jaquelado de quince -ocho de oro y siete de veros- propios de los Velasco, y calderas de oro con cabezas de sierpes de sinople por asas, correspondientes a los Herrera. Remata el ático un frontispicio con una cruz, una venera en su centro y dos flameros o candeleros a los lados. 
Se adorna todo el conjunto con detalles de decoración vegetal estilizada y fina labor de grutesco. En la puerta de entrada son de reseñar las aldabas realizadas en hierro forjado, de la misma época que la fachada, en las que se ha venido reconociendo a los apóstoles Santiago y San Pedro. Ambas constan de su correspondiente figura bajo chambrana, chapa calada y pilaretes.