4 may 2011

Emiliano Pérez Mencía - Valles de Benavente. Oficios tradicionales y artesanos II [2010]


Emiliano Pérez Mencía: Valles de Benavente. Oficios tradicionales y artesanos II. 209 pp. 24x17. Fotografías color. Rústica. 2010. ISBN: 978-84-938160-2-5.

ÍNDICE

Prólogo
Presentación

I. RELACIONADOS CON LA AGRICULTURA Y LA GANADERÍA.
Los vendimiadores y la vendimia.
Elaboración del vino.
Hortelanos y semilleros en Carracedo de Vidriales
Íñigo Rábano, jardinero, hortelano y podador.
El trillero.
Julián Donado, el zahorí de Burganes de Valverde.
Tasio, el pastor de Cunquilla de Vidriales.

II. RELACIONADOS CON LA ACTIVIDAD TEXTIL.
Braulio Álvarez, sastre en Benavente.
El tejedor.
Tomás Verdes, cordelero en Uña de Quintana.
La hilandera.
Encaje de bolillos.
Elaboración del lino.

III. RELACIONADOS CON LA CONSTRUCCIÓN.
Isaías Zanca, adobero en Burganes de Valverde.
Ezequiel Ibáñez Fidalgo, tejero en Burganes de Valverde.
Angelino de la Fuente, el tapiador de Santa María de la Vega.

IV. RELACIONADOS CON OTRAS ACTIVIDADES.
Máximo Pérez, el cestero de Quiruelas de Vidriales.
Benicio Gallego, el alguacil de Manganeses de la Polvorosa.
Doroteo, el barbero de Villafáfila.
José Antonio Guerra, el campanero de Santa Cristina de la Polvorosa.
Narciso González, el sacristán de Burganes de Valverde.
Lorenzo Tomé y la imprenta Gráficas Cubichi.
Segundo Barrios, zapatero artesano en Santa Cristina de la Polvorosa.
Bernardo Blanco, el matanchín de Fuentes de Ropel.
La matanza del cerdo en casa de Zótico en Fuentes de Ropel.
Vicentina, la ermitaña de La Soledad.

PRESENTACIÓN

Este libro es continuación de lo que sobre este tema publiqué en el año 2006 con el título Oficios Tradicionales y Artesanos. Pero si entonces fueron 31 las personas que me informaron y explicaron su antiguo oficio, ahora son 26 las que lo hacen, en la misma
línea de los anteriores.
A lo largo de estos años he comprobado que fueron muchos más los oficios y trabajos tradicionales existentes en la ciudad de Benavente, algunos hasta no hace mucho tiempo. Es natural que así fuese, pues siempre fue centro comarcal, y ciudad de ferias, mercados y demás servicios. Y tuvo que haber numerosos oficios en relación con ello: tratantes, alfareros, molineros, modistas, pregoneros, curtidores, colchoneras, muleros, etc. etc. Hubiese sido interesante recoger algunos más para tener el testimonio directo y personal de cómo los desempeñaban. Pero muchas de estas personas han fallecido y con ellas también el oficio. Nuestro deseo es que la publicación sirva de recuerdo y homenaje para todos.
Lo mismo ocurría en la comarca. En muchos pueblos contaban con las materias primas necesarias para desarrollar algunos de ellos, y luego llevaban los objetos o productos elaborados al mercado de Benavente, o a otros pueblos, para su venta.
Aunque en esta, como en la anterior publicación, aparezca una persona como protagonista, en el capítulo correspondiente cito algunos más del pueblo o comarca que ejercieron el mismo oficio, casi todos ellos mayores y por supuesto ya jubilados. La forma de trabajar, las costumbres y las tradiciones son parecidas en todos. He agrupado los distintos oficios por temas, según sea la materia o actividad a desarrollar, ya estén relacionados 1.- con la agricultura o la ganadería, 2.- con la actividad textil, 3.- con la construcción o 4.-con otras actividades, como se puede ver en el último apartado.
Y a quien se acerque a las páginas del libro, en el apartado de la agricultura y ganadería, le llamará la atención Tasio, el pastor de Cunquilla de Vidriales, que a sus 85 años sigue cerca de las ovejas, ahora aconsejando y echando una mano a su hijo, que ejerce el mismo oficio, aunque empleando métodos distintos y maquinaria moderna.
Por otra parte, como novedad, se muestra un oficio especial y casi único por estas tierras como es el de zahorí, de lo que se siente orgulloso Julián Donado, de Burganes de Valverde.
Sobre los vendimiadores, la vendimia y la elaboración del vino al modo tradicional todavía nos pueden enseñar cosas e informarnos con detalles en muchos pueblos de los Valles de Benavente:
Pobladura del Valle, Cunquilla de Vidriales, Abraveses de Tera, etc.
Y, cómo no, también sobre los trilleros que todos los años llegaban para vender o reparar los trillos y así tenerlos preparados para la temporada.
La actividad textil también merece atención, pues antiguamente se sembraba lino en muchos pueblos y se obtenía la fibra, se hilaba y se tejía. Quien mejor nos lo cuenta es Antonio Fernández, de Villaferrueña, maestro en el oficio, como trabajador en ello de por vida.
Como ejemplo de los muchos sastres existentes en Benavente hemos entrevistado a Braulio Álvarez, quien nos ha informado sobre su trabajo y el de las demás personas que lo ejercían esta
ciudad.
También nos ha llamado la atención cómo gran parte de los vecinos del pueblo de Uña de Quintana se dedicaban, unos a la confección de cuerdas y otros a la venta de las mismas por distintas partes de Castilla y León y otros lugares de España. Tomás Verdes nos lo cuenta, al tiempo que nos explica, como hacían las cuerdas.
El encaje de bolillos, que estaba completamente olvidado por estas tierras, se está recuperando gracias a las asociaciones de encajeras que hay en algunos pueblos y ciudades. En Benavente está
al frente de ella, desde hace varios años, Isabel Fernández, quien nos informa de las actividades que realizan.
Respecto a la construcción, he hablado con Isaías Zanca, un adobero de Burganes de Valverde, y con Ezequiel Ibáñez que fue tejero en el mismo pueblo. Ellos fueron expertos en manejar y preparar la tierra y la paja, para confeccionar adobes y tejas, materiales imprescindibles en tiempos pasados para la construcción de viviendas y edificios para otros usos.
Angelino, de Santa María de la Vega nos ha servido como ejemplo de los tapiadores, llamados así, porque empleaban esta técnica de construcción de modo preferente. Nada menos que 60 casas del pueblo fueron construidas con tapiales por Angelino a lo largo de su vida.
En el último apartado se incluyen todos los demás oficios estudiados y que no tienen que ver con los anteriores: En Quiruelas de Vidriales es Máximo Pérez quien me informa sobre el oficio de
cestero que desempeño durante más de 50 años; como alguacil y pregonero visité a Benicio Gallego de Manganeses de la Polvorosa; para conocer a un barbero me acerqué a Villafáfi la y allí conocí a Doroteo, que con 86 años ya, es el mejor ejemplo de un barbero, de los de antes, oficio que ha desempeñado desde pequeño.
Para conocer a un sacristán fui a Burganes, pues me habían hablado de Narciso González. Y creo haber acertado, pues hace de todo, ayudando en la iglesia del pueblo, menos decir misa. Y además sabe hasta latín; lo mismo que José Antonio Guerra, de Santa Cristina de la Polvorosa, que ayuda también en la parroquia, pero su gran afición son las campanas, tocar las campanas. Conoce bien el antiguo oficio, hoy recuperado gracias a unos hombres que, como él, organizan y participan en conciertos por diversas localidades.
También de Santa Cristina era Segundo Barrios, recientemente fallecido. Fue, hasta casi el fi nal de su vida, un zapatero artesano, muy solicitado por las botas, botos y zapatos a medida que preparaba.
Lorenzo Tomé ha pasado toda su vida, hasta que se jubiló, dedicado a trabajar en imprentas de Benavente. Con él podremos conocer cuántas había y cómo la forma de trabajar era más manual
y, si queremos, artesanal, lo mismo que las máquinas que empleaban para ello. Ahora son sus hijos quienes siguen con Gráficas Cubichi, con nuevos métodos de trabajo y por supuesto nuevos instrumentos y maquinaria.
También de Benavente es Vicentina, la ermitaña de La Soledad, que nos ha dado un buen testimonio de su vida y de su quehacer cuidando a la ermita, tanto ella como los familiares que la precedieron, pues nada menos que lo hicieron durante 150 años.
Se incluye también en este apartado el capítulo sobre el matanchín, concretamente Bernardo, que ejerce como tal en Fuentes de Ropel y pueblos próximos. Todo lo relacionado con este ofi cio y sobre la matanza se cuenta con todo detalle en estos capítulo, pues lo hemos visto y vivido personalmente, a fi nales de diciembre del año 2008, en casa del Zótico, un vecino del pueblo.
Tengo que agradecer una vez más al Centro de Estudios Benaventanos “Ledo del Pozo” que en este año, en el que celebra el 20 aniversario del inicio de sus actividades, haya creído conveniente
la edición de este nuevo libro sobre los oficios del pasado, muy del agrado de las personas mayores y también de todos los amantes del patrimonio. Con ello se cumple una de los fi nes principales de este tipo de Centros de Estudios Locales, conocer más y mejor la historia, el arte, la naturaleza, la etnografía, el medio ambiente y otros muchos aspectos del patrimonio de un territorio concreto, sean ciudades, pueblos, comarcas o provincias, según sea el ámbito de su actuación.
Sin duda alguna, en estos 20 años de existencia y actividad, el CEB “Ledo del Pozo” ha dado un vuelco cultural a la ciudad de Benavente y a su comarca hasta el punto de poder afirmar con certeza que ha habido un antes y un después desde su creación.
Agradecer también al Ayuntamiento de Benavente, Caja España y Diputación de Zamora, su colaboración, sin la cual sería imposible llevar a cabo esta publicación y las demás actividades que el Centro de Estudios realiza.

EMILIANO PÉREZ MENCÍA

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