4 may 2011

Rafael González Rodríguez (Coord.) - Las Vías de Comunicación en el Noroeste Ibérico. Benavente: encrucijada de caminos. II Jornadas de Estudios Históricos [2044]



Rafael González Rodríguez (Coord.): Las Vías de Comunicación en el Noroeste Ibérico. Benavente: encrucijada de caminos. II Jornadas de Estudios Históricos. Benavente, 3, 4, 5, 6 y 7 de noviembre de 2003. 264 pp. 24X17.Cartón. 2004. ISBN: 84-933594-2-4.

ÍNDICE

Rafael González Rodríguez: Presentación.
Manuel Abilio Rabanal: "Las vías romanas en las provincias de Zamora y León".
Fernando Regueras Grande: "Vías de comunicación e investigación arqueológica. Una aproximación a los Valles de Benavente".
Juan Ignacio Ruiz de la Peña: "Las relaciones comerciales astur-leonesas en la Baja Edad Media (Siglos XIV-XV)".
Rafael González Rodríguez: "Puentes, barcas e infraestructura viaria medieval en los ríos del norte de Zamora".
José Ignacio Martín Benito: "El norte de la provincia de Zamora según los testimonios de cronistas y viajeros (Siglos XIII-XIX)".
Juan Carlos de la Mata Guerra: "Correos, postas y medios de transporte en Benavente (Siglos XVII, XVIII y XIX)".
Manuel Rodríguez Pascual: "Trashumancia y cañadas en Tierras de León".
Eduardo Carrero: "La difusión de las formas tardorrománicas en el entorno de la Vía de la Plata. El caso de los cimborrios del grupo zamorano".

PRESENTACIÓN

Continuando con la iniciativa desarrollada en 2002, con las I Jornadas de Estudios Históricos sobre El Reino de León en la época de las Cortes de Benavente, el Centro de Estudios Benaventanos “Ledo del Pozo” afrontó sólo un año después la celebración de unas II Jornadas, bajo el título: Las vías de comunicación en el noroeste ibérico. Benavente encrucijada de caminos. Las conferencias se desarrollaron durante los días 3, 4, 5, 6 y 7 de noviembre de 2003 en el salón de actos de Caja España.
Se ponía en marcha así un nuevo proyecto necesariamente más ambicioso que el anterior, en el sentido de que se pretendía consolidar estas Jornadas, para que tuvieran una continuidad y se convirtieran en un lugar periódico de encuentro para el debate y la puesta al día de los grandes temas de la historiografía más actual. Se introdujeron, no obstante, algunas modificaciones en el formato, que afectaron al calendario y al desarrollo de las sesiones, todo ello con el ánimo de no dispersar demasiado las fechas y favorecer la asistencia del mayor público posible. El balance final de esta nueva experiencia se ha demostrado ampliamente positivo, y de ello es fiel testigo la publicación de este libro, que recoge las actas de las ponencias presentadas.
Siguiendo el mismo espíritu que movió a la convocatoria de las I Jornadas, se vuelven ahora a combinar autores y temáticas de alcance local y comarcal, siempre más cercanas y sugestivas para el público asistente y el lector menos especializado, junto a aspectos más generales sobre el asunto central propuesto. En cualquier caso, la nómina de ponentes ha seguido estando presidida, como no podía ser de otra manera, por el rigor científico y el prestigio intelectual. Se buscaba así contextualizar adecuadamente una temática -las vías de comunicación- íntimamente ligada al devenir de estas tierras.
La confluencia de varias e importantes vías de comunicación en el norte zamorano, así como la necesidad de atravesar o sortear diversos cursos fluviales, han marcado profundamente la historia pasada y reciente de este territorio. Los condicionamientos geográficos han hecho de Benavente, y en general de toda su amplia comarca, una encrucijada de caminos. La frase no deja de ser un tópico recurrente, pero no por ello resulta menos cierta.
La concreción y fijación de esta red viaria debe remontarse al menos al pasado romano, aunque probablemente remite a flujos culturales y económicos con antecedentes prehistóricos. Reproduciendo la misma disposición constatable para las estructuras del poblamiento, también la red viaria de nuestra región presentaba desde época romana una estructura jerarquizada, existiendo una diferenciación entre calzadas principales, que unían aquellos núcleos más importantes, y calzadas secundarias, que proporcionaban acceso a otros asentamientos de menor entidad.
Durante el período medieval, la imagen proyectada por la documentación nos sugiere que esta red viaria, con algunas alteraciones derivadas de los cambios en las estructuras del poblamiento, sigue siendo el principal elemento vertebrador del espacio. Los principales asentamientos se articulan en torno a estos caminos, de tal modo que su prosperidad o decadencia vendrá marcada en gran medida por su posición y peso específico en estas rutas. Paralelamente se va creando una rudimentaria infraestructura viaria, en la que puentes y barcas toman un relevante protagonismo por razones obvias. Hasta tal punto estos elementos constituían un elemento perfectamente integrado en el paisaje, que sus propios habitantes eran conscientes de que la prosperidad del concejo dependía en buena medida de su buena conservación. En palabras de un benaventano de la época “si no se adereçasen e fiziesen las dichas puentes que se perdería la dicha villa e su tierra”. Esta red viaria, así como la red de poblamiento tejida durante los siglos medievales, será la que marque la trayectoria de nuestra región durante toda la Edad Moderna y Contemporánea.
Así pues, el estudio y análisis de las vías de comunicación no podía reducirse a su aspecto físico o material. Eran múltiples las perspectivas que se proponían en estas Jornadas: calzadas romanas; caminos de peregrinación; vías de expansión de los movimientos artísticos; paisajes y espacios geográficos; hallazgos e investigación arqueológica; infraestructura viaria: hospitales, santuarios, albergues, puentes, barcas, etc.; rutas y flujos mercantiles; cañadas y trashumancia ganadera; correos, postas y mensajería, etc.
Asumiendo desde un principio la complejidad de esta problemática, es de esperar que la lectura de este puñado de trabajos que se presentan ahora proporcione, al menos, una panorámica global del papel histórico de estos viejos caminos. Sólo queda agradecer muy sinceramente a la Obra Social de Caja España y el Excelentísimo Ayuntamiento de Benavente su colaboración en estas Jornadas, y en general el patrocinio que vienen ofreciendo desde hace años a cuantas actividades organiza el CEB “Ledo del Pozo”.

Rafael González Rodríguez
Centro de Estudios Benaventanos
“Ledo del Pozo”

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